Este martes se instaló la mesa de concertación salarial, el espacio en el que Gobierno, sindicatos y empresarios intentarán definir el aumento del salario mínimo para 2026. La antesala no es sencilla: el sector empresarial ha mostrado reservas ante las conversaciones, pues teme que el Ejecutivo termine imponiendo un incremento de dos dígitos sin lograr
Este martes se instaló la mesa de concertación salarial, el espacio en el que Gobierno, sindicatos y empresarios intentarán definir el aumento del salario mínimo para 2026. La antesala no es sencilla: el sector empresarial ha mostrado reservas ante las conversaciones, pues teme que el Ejecutivo termine imponiendo un incremento de dos dígitos sin lograr acuerdo.
La discusión será decisiva para 7,4 millones de colombianos que dependen directamente del salario mínimo, de acuerdo con cálculos de Asocajas. La entidad recordó que este año cerca de 9,7 millones de empleados formales recibirán prima, y que el 76,2 % de ellos está vinculado a cajas de compensación, por lo que cualquier variación del mínimo impactará de forma inmediata.
Aunque todo apunta a que el ajuste partirá del 6 % y podría acercarse al 11 %, aún no existe un dato oficial sobre cuántos trabajadores ganan exactamente un salario mínimo en 2025, ya que el Dane no ha revelado la nueva distribución de ingresos. En ausencia de esa información, el Banco de Occidente estima que en 2024 fueron 3,7 millones los empleados que recibieron un mínimo, equivalentes al 16,5 % de los ocupados de ese año. Aplicada esa proporción al panorama laboral actual, la cifra subiría a 4,02 millones.
Germán Machado, economista y profesor de la Universidad de los Andes, insiste en que el aumento no puede definirse sin considerar inflación, productividad y crecimiento. A su juicio, ignorar esos elementos podría afectar la estabilidad del mercado laboral.
La informalidad es otro factor clave. Según David Cubides, economista jefe del Banco de Occidente, cualquier incremento que supere el 6,5 % tendría efectos negativos sobre quienes perciben menos de un salario mínimo, pues limitaría sus posibilidades de formalización. Solo en 2024, 10,1 millones de colombianos estaban en esa situación, lo que equivalía al 45,2 % de los trabajadores. Con las cifras actuales, el umbral supera los 11 millones.
Cubides advierte que subir el mínimo muy por encima de la inflación y la productividad puede terminar excluyendo a quienes buscan entrar al mercado formal: “Una parte considerable del país no llega al mínimo. Un aumento excesivo puede cerrarle aún más la puerta”.
El impacto en los precios también genera preocupación. De acuerdo con el Grupo Cibest, sectores como comercio, transporte y restaurantes —altamente dependientes de mano de obra— suelen trasladar a los consumidores los incrementos en costos laborales. Con un entorno empresarial caracterizado por competencia limitada y estrechos márgenes, esos ajustes podrían acelerar la inflación, más aún porque numerosas tarifas están indexadas al mínimo.
En palabras de Cubides, este efecto puede convertirse en “una cadena que retroalimenta la inflación”, complicando aún más el panorama económico para 2026.











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